No parece que sea la ciudad lo único que se halle perdido en esta película. Su intento por señalar las controversias, los perjuicios, en una palabra, la prepotencia occidental con su ominosa cultura científica ante lo desconocido, queda relegado en un marasmo de idas y vueltas, de caretos y diálogos absurdos. También es caer en un hegemónicocentrismo el pensar que estos dimes y diretes en la Ciencia y en la cultura predominante han desaparecido. Lo nuestro es lo mejor tanto si miras al pasado como si miras al de al lado.
Por otra parte, si volvemos al desarrollo con sus vaivenes, sus ahora aquí y de pronto allá sin contar nada la película es horripilante. El hilo argumental no abarca tantos años para montar este follón y tener esas prisas. Entramos buscando la ciudad Z y salimos totalmente perdidxs.